Las obras para la nueva gasolinera low cost en la Baixada ao Pontillón, en Vigo, han generado un intenso malestar entre los vecinos de Castrelos, que desde hace días manifiestan su rechazo a la instalación. Sin embargo, a pesar de las protestas, el Ayuntamiento de Vigo ha anunciado que se «vio obligado» a conceder la licencia para esta decimotercera estación de servicio en la ciudad, gestionada por Plenoil.
El Concello ha emitido un comunicado en el que asegura que la aprobación de la gasolinera es un acto «reglado» y no sujeto a decisiones discrecionales. Explican que, al contar con todas las autorizaciones preceptivas, no existía base legal para denegar la solicitud. «El Ayuntamiento de Vigo está obligado a emitir una licencia favorable para esta instalación, en cumplimiento de la legalidad a la que están sometidas este tipo de decisiones», señala el comunicado del gobierno municipal.
Entre las autorizaciones que avalan la gasolinera se incluyen informes favorables de la Jefatura Territorial de Pontevedra en materia de seguridad industrial, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, la Consellería de Medio Ambiente y la Dirección Xeral de Augas de Galicia, entre otros. Esto, aseguran, legitima plenamente la instalación en suelo rústico, como lo establece la Ley del Suelo de Galicia de 2016.
El BNG exige mayores restricciones y una nueva ordenanza municipal
A pesar de los argumentos del Concello, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se ha mostrado tajante en su rechazo a la gasolinera. El portavoz del BNG en Vigo, Xabier P. Igrexas, ha solicitado la prohibición de instalar estaciones de servicio a menos de 250 metros de viviendas o áreas sensibles, como escuelas o parques. Propone la creación de una ordenanza municipal que regule este tipo de establecimientos, como ya se ha hecho en otros concellos.
En una reunión con la Federación de Asociaciones Vecinales Eduardo Chao (Favec) y los vecinos de Freixeiro, Igrexas exigió además la suspensión inmediata de la licencia otorgada a Plenoil. El portavoz del BNG también lamentó la falta de respuesta de la concejala de Urbanismo a las dudas legales que rodean la instalación de esta gasolinera, emplazada en una parcela rústica afectada por un Plan Especial de Reforma Interior (PERI). Asimismo, el BNG ha solicitado el acceso íntegro a toda la documentación relacionada con el proyecto para revisar la tramitación y los informes que respaldan la concesión de la licencia.
Mientras continúan las protestas vecinales y el debate político, el proyecto de la nueva gasolinera sigue adelante, en medio de un creciente rechazo a la expansión de estaciones low cost en áreas urbanas cercanas a viviendas y zonas recreativas.