BP ha anunciado su intención de vender sus 310 estaciones de servicio en los Países Bajos para finales de 2025. Según un portavoz de la compañía, la decisión responde a la elevada inversión que requeriría expandir en el compacto y competitivo mercado neerlandés, haciendo poco viable una estrategia de crecimiento en esta región.
Hasta el momento, BP no ha proporcionado detalles específicos sobre el proceso de venta. No se ha definido si las gasolineras se venderán en un solo bloque, en varios lotes o de forma individual, ni tampoco cuál es el valor económico que espera obtener la empresa con esta transacción.
En los Países Bajos, un país densamente poblado y con espacio limitado, los altos costos de suelo han generado retos para las empresas del sector. A modo de ejemplo, el año pasado, Shell, otro competidor en el mercado, pagó 12,3 millones de euros para asegurar el arrendamiento de una sola estación en la transitada autopista A2, entre Ámsterdam y Utrecht, lo que demuestra la carestía del mercado inmobiliario en la región.
Este movimiento de BP se suma a una tendencia en el sector energético: varias petroleras están replanteando su enfoque estratégico. TotalEnergies ya ha anunciado planes de vender sus redes de estaciones en Alemania y los Países Bajos, mientras que la marca Jet también tiene a la venta varias gasolineras en Alemania y Austria. Además, Shell ha comunicado su intención de reducir en mil sus puntos de venta, incluidas sus estaciones de gasolina, para redirigir su inversión hacia la infraestructura de carga para vehículos eléctricos.
Este cambio refleja un interés creciente de las empresas en prepararse para la transición energética, centrándose en infraestructuras más sostenibles para el futuro.