A finales de agosto, varios conductores que acudieron a repostar en la gasolinera del centro comercial del valle del Nalón se enfrentaron a un grave problema: la bomba de gasolina 95 estaba suministrando gasoil. Aunque inicialmente se informó que el fallo había sido solucionado, la realidad fue muy diferente. Los primeros vehículos que repostaron esta semana comenzaron a averiarse a los pocos kilómetros de haber recargado combustible.
Los talleres que recibieron estos vehículos no tardaron en identificar el problema. Al examinar el combustible, descubrieron que los conductores habían repostado gasoil, o una mezcla con este, en lugar de gasolina 95, como señalaba el surtidor. Ahora, los usuarios afectados deben gestionar las reclamaciones con la gasolinera para que cubra los costes de reparación derivados de este error.
Sin embargo, muchos se enfrentan a un obstáculo importante: no todos conservan el tique que demuestra que repostaron en el momento del fallo. Este documento es crucial, ya que certifica la fecha y la hora exacta del repostaje. Además, los afectados también necesitan aportar pruebas de los daños ocasionados y los informes de los talleres que confirmen que las averías se deben al uso de un combustible incorrecto.
Algunos conductores han solicitado a la empresa un duplicado del tique, o incluso las grabaciones de seguridad en las que puedan aparecer sus vehículos repostando. Las reparaciones, en algunos casos, superan los 200 euros, lo que ha llevado a los afectados a preparar reclamaciones formales para exigir que la gasolinera asuma su responsabilidad en este incidente.